Este es mi primer post, donde me presento ante ustedes y les revelo un poco de Julio Ascanio.
Nací en Maracaibo, estado Zulia (Venezuela), soy comunicador social, aunque actualmente no la ejerzo de igual manera es mi profesión y es lo que amo. Mi país atraviesa una situación económica dura que ha levantado un éxodo masivo a otras naciones, pero ese no fue mi caso, yo decidí tomar otro rumbo: El camino menos transitado, ¿y cuál es ese camino? Venirme a vivir a Caracas, la Capital es esa ciudad que cada vez que visitaba siempre me atrapaba y me enamoraba, y no, no me importó la crisis ni Maduro, yo no estaba dispuesto a que me lo arrancarán del corazón, no me iba a quedar picado. Antes de irme del pais, en caso tal que sucediese, tenía que vivir aquí, es lo que quería sin caer en la presión social de la gente a tu alrededor sobre mi estadía en el país y no huir, porque si la gente no se va, la gente huye de su tierra amada. Muchos me han tildado de que estoy loco y de todos escucho preguntas como "¿Por qué te viniste para acá teniendo a Colombia tan cerca?", "¿Con quién te viniste?", "¿Estás viviendo con algún familiar?" y claro su cara de sorprendidos, tal cual como la que debes tener ahora que me estás leyendo y si eres de Venezuela, lo comprenderás mejor aún.
Llegué en diciembre de 2017, sin un techo donde poder estar, sin comida y con 5 mudas de ropa, tengo una tía que vive a las afueras de Caracas y no le dije nada, quería ver hasta dónde podía llegar por mí mismo aún en medio de la crisis me aventuré y sin ayuda. No me quedó más remedio que vivir en un hotel, comiendo pan dulce y arepas socialistas (subsidiadas por el gobierno, por lo que son baratas), aposté allí mis ahorros, con ese dinero me pude ir del país, pero no, y si, me vine solo.
Habían pasado como 3 días desde mi llegada y el diario en el hotel me estaba pegando duro, debía conseguir habitación a juro, estaba en ese proceso pero con muchos intentos fallidos, pues eran muy caras. Era miércoles por la mañana y estaba desmoronado, pues si no conseguía habitación ese fin de semana debía regresarme a Maracaibo, recuerdo que estaba en la Plaza Altamira (un sitio iconico) y mi plaza favorita, mirando hacia Cerro El Avila y diciéndome que me negaba a regresarme, esa tarde al llegar al hotel tuve una gran sorpresa, conseguí habitación ¡y estaba cerquita de donde me estaba quedando!. Te puede parecer una historia que dista mucho de la realidad que vivimos, pero realmente la viví y la estoy viviendo, a pesar de tanta negatividad yo me enfoco en lo positivo y a resolver. La gente que conozco en Caracas me dejaron solo, más nunca los vi, ni a mi tía la he visto desde mi llegada, pero seguramente muchos apostaron qué haciendo eso me haría más débil y retornaria, pero no, aquí sigo, hasta ahora he sobrevivido a la situación y a la gente que me ha hecho probar el infierno y haciendo las cosas bien.
Aquí demuestro que no todas las experiencias son iguales y que todos los comienzos son difíciles estés aquí o en el exterior, y por eso me uno a esta gran comunidad para ayudarme económicamente. Sigo con firmeza y siendo fiel a mí mismo, estando donde quiero estar sin complacer a otros. ¿Alguien tenía que hacer el trabajo sucio, no?
P.D: Todo el tiempo que llevo aquí y en mi Facebook no he dicho nada sobre esta travesía, pero ustedes ya lo saben.